domingo, 4 de noviembre de 2012

ANALISIS DE LA SENTENCIA DE TUTELA T-055-94 (febrero 14) CORTE CONSTITUCIONAL MP. EDUARDO CIFUENTES MUÑOZ



Destino del Análisis:
Doctor EDELBERTO ZAPATA MUÑOZ
Docente del Área de Derecho Probatorio UNIAMAZONIA

Temas: PRINCIPIO DE PUBLICIDAD, CONTRADICCION Y DEFENSA COMO SUPUESTO DE LA PRESUNCION DE INOCENCIA Y DEL DEBIDO PROCESO EN MATERIA PENAL – ACTUACIONES JUDICIALES CONSIDERADAS COMO VIAS DE HECHO EN MATERIA CONSTITUCIONAL

La tutela presentada por el peticionario TEODORO ANTONIO DEYONGH SALCEDO plantea una violación flagrante al Debido Proceso dentro de una investigación penal adelantada por el entonces Fiscal Regional de Barranquilla (hoy Fiscalías Especializadas) y adelantada en su contra por el delito de INFRACCION A LA LEY 30 DE 1986 hoy delito conocido en el artículo 376 del estatuto penal como TRAFICO, FABRICACION O PORTE DE ESTUPEFACIENTES.

ASPECTOS FACTICOS

El día 16 de abril de 1993 a eso de las 11:00 de la noche personal del F-2 (hoy SIJIN) de la Policía Nacional ingresaron en el apartamento 1001 del edificio Perla del Caribe y dieron con la captura del señor FERNANDO OVALLE MIER, así como a los señores FERNANDO RESTREPO y ANGEL A. CUERIEL, aprehensión que se dio luego de que estos fueran implicados como presuntos propietarios de 32 pacas de marihuana según dichos dados por el conductor del camión donde se incautó en alijo, quien proporciono un número telefónico el mismo que resultó ser del apartamento donde se realizaron las capturas.

Dentro del ejercicio de defensa técnica y a fin de demostrar la inocencia de su prohijado, se allegó ante el Fiscal Regional un memorial mediante el cual solicita la práctica de pruebas, más exactamente en la recepción de unos testimonios, más exactamente la de        FERNANDO RODRIGUEZ PACHECHO y LUCY GARZON, testigos presenciales de la captura y quienes darían cuentas de las verdaderas intenciones que llevaron a DEYONGH SALCEDO a acudir al apartamento allanado y registrado por el F-2, testigos a quienes mencionó en su diligencia de indagatoria.

Afirmó que el fiscal hizo caso omiso de dicha práctica de pruebas en razón a que solo ordenó la que incriminaba a su prohijado más no las que lo favorecían, situación que lo hizo en forma malintencionada en razón a que tuvo pleno conocimiento del memorial de pruebas.

Con el líbelo de tutela se allegaron una serie de pruebas tendientes a determinar la inocencia de su poderdante, correspondiéndole al Juez Segundo Penal del Circuito de Barranquilla quien amparó sus derechos fundamentales al Debido Proceso, decisión que adoptó teniendo en cuenta en que el Fiscal Regional desconoció los testimonios solicitados por el representante del sindicado, los cuales se tornaron como pruebas relevantes desde el mismo momento de la injurada del procesado.
Amparo constitucional que estuvo enmarcado en el desconocimiento por parte del Fiscal Regional en el inciso final del artículo 250 de la C.N.[1]

CONSIDERACIONES ACERCA DE LOS BIENES JURIDICOS TUTELADOS

El análisis constitucional planteado a interior del proceso penal por parte del Fiscal Regional estuvo encaminado en los siguientes aspectos:

i)                    Cuál es la pertinencia de la prueba solicitada por el demandado y qué normas legales regulan esta materia?
ii)                  De qué manera se puede considerar vulnerados los principios de defensa y contradicción por la omisión judicial respecto de la petición de práctica de una prueba pertinente, y en qué normas se podría fundar el concepto de dicha violación?
iii)                 Cómo se configuraría una violación del derecho fundamental al debido proceso a partir de los supuestos anteriores?
iv)               Cómo se resuelven los problemas planteados por el caso concreto frente a la prohibición de la acción de tutela contra decisiones judiciales?

ANALISIS DEL CASO

Antes de entrar a profundizar acerca de las razones sustanciales que llevaron al Juez de Tutela de Barranquilla de amparar los derechos fundamentales del peticionario TEODORO ANTONIO DEYONGH SALCEDO, debo hacer unas apreciaciones acerca del sistema procesal vigente para la época en que se adoptó la acción de tutela.

En la actualidad y desde el año 2005 se comenzó a implementar en forma gradual en el territorio colombiano el Sistema Penal Acusatorio conforme lo preceptuado en la Ley 906 de 2004, esquema del cual sabemos coartó ciertas funciones por parte de la Fiscalía General de la Nación, en especial en la adopción y decisión de autos y sentencias, las cuales lo son propias del Juez de Control de Garantías y del Juez de Conocimiento, cada uno de ellos bajo sus competencias.

Empero lo anterior, el proceso penal estaba basado en el procedimiento descrito en la Ley 600 de 2000, y antes de este en el Decreto 100 de 1980, esquemas donde el Fiscal mantenía un poder absoluto en la etapa de la instrucción de la investigación penal, y es por ello que la tutela en comento cita al Fiscal Regional-hoy Fiscal Especializado- en quien aduciendo la cantidad de estupefaciente incautado recaía la competencia para conocer de la instrucción del proceso.

Por tal motivo era conocido determinar que se lee de actos procesales como la Indagatoria, así como la práctica de pruebas por solicitud o por presentación mediante memorial que hacían los apoderados de los sindicados o implicados, pues entendiendo que el sistema penal acusatorio es oral, dicho procedimiento era netamente escrito. La intervención del juez contrario al de la Ley 906 de 2004 únicamente estaba amparada en la fase de juzgamiento.

Frente a las anteriores y breves aclaraciones paso a analizar el fallo de tutela revisado por la Corte Constitucional en sentencia T-055-94, expediente T-22923.

Como primer aspecto se debe advertir que la omisión de una prueba de la cual se predica su conducencia en el proceso penal adelantado contra el señor DEYONG SALCEDO, constituye una afrenta al Debido Proceso y al de Defensa Técnica del sindicado. De la misma manera dentro de estos principios y derechos se subsume el principio de publicidad en razón a que la actividad de las diversas actuaciones procesales deben ser comunicadas a las partes, más exactamente a los sujetos procesales y al público en general, aunado a la motivación y comunicación de las decisiones adoptadas por el funcionario judicial encargado de las mismas.

El desconocimiento de las garantías fundamentales por parte del Fiscal Regional de Barranquilla en desmedro del accionante son violatorias de sus pretensiones tendientes a demostrar su inocencia, máxime  cuando solicitó a través de su apoderado la práctica de unas pruebas, más exactamente el que se escuche en declaración a los señores FERNANDO RODRIGUEZ PACHECHO y LUCY GARZON, testigos presenciales de su captura y quienes bajo la gravedad del juramento permitirían advertir que la permanencia de éste en el sitio de la aprehensión obedecía a fines laborales y no como dueño o coautor de unos estupefacientes incautados.

Desde la óptica del derecho de defensa técnica se tiene que frente al sub lite era notorio que dichas pruebas eran conducentes y pertinentes para demostrar la inocencia del procesado, y por tal motivo la no práctica de dichos testimonios trasgredía lo normado en el inciso final del artículo 250 superior, más exactamente de que en dicho esquema procesal el fiscal debe investigar tanto lo favorable como lo desfavorable[2] del sindicado, para de la misma manera obtener la verdad material de lo que se investiga.

Es dable de que si bien es cierto el Fiscal Regional reconoció respecto de la renuncia al poder por parte de uno de los apoderados, renuncia que estaba implícita en el memorial de solicitud de pruebas, éste no se pronunció frente al desarrollo de los dos testimonios, lo cual lleva a la convicción e indicio de que en forma dolosa y malintencionada desconoció los mismos.

De igual forma se tiene que bajo ese esquema procesal tanto la negativa como la de decretar estas pruebas era mediante providencia o auto motivado, decisión a la cual procedían los recursos ordinarios, pero que al tenerse que el ente investigador hizo caso omiso de lo uno y de lo otro se constituyó en una flagrante violación del Debido Proceso y del de Defensa del sindicado, pues tal y como lo advirtió el juez de tutela dichas pruebas eran conducentes y pertinentes para demostrar la inocencia o viéndolo de otra manera en la ausencia de participación o coautoría en el tráfico de los estupefacientes incautados.

Esos testimonios solicitados eran pertinentes e indispensables desde el momento mismo de la indagatoria, máxime cuando fueron solicitados formalmente por el apoderado del accionante de la tutela en comento; igualmente porque el fiscal en ningún momento comunicó o se dio a la tarea de determinar la conducencia de estas pruebas, porque de haberlo hecho y de negarse a la práctica, se reitera habría el defensor interpuesto los recursos ordinarios.

La falta de MOTIVACION en esta clase de decisiones por parte del Fiscal constituye desde cualquier pilar procesal una vía de hecho, máxime cuando existe trasgresión del artículo 250 superior sobre la base de investigar tanto lo favorable como lo desfavorable.

Por lo anterior dejo sentado mi opinión y análisis del caso.


Jayder Edilson Muñoz López
Universidad de la Amazonia
Ceres Altamira



[1] ARTICULO 250. Corresponde a la Fiscalía General de la Nación, de oficio o con fundamento en denuncia, petición especial o querella, desarrollar las investigaciones de los hechos que puedan constituir delitos y acusar ante los jueces de la República, cuando fuere el caso, a los presuntos infractores de la ley penal. Se exceptúan los delitos cometidos por miembros de la Fuerza Pública en servicio activo y en relación con el mismo servicio. Para tal efecto la Fiscalía General de la Nación, deberá:……
………
La Fiscalía General de la Nación está obligada a investigar tanto lo favorable como lo desfavorable al imputado y a respetar sus derechos fundamentales y las garantías procesales que le asisten”.
[2] En la Ley 906 de 2004, si bien se trata de un sistema de tendencia netamente acusatoria donde el fiscal únicamente buscará los elementos materiales probatorios y evidencias físicas en contra del indiciado, imputado o acusado, lo es igualmente que en desarrollo del programa metodológico de conocerse que un elemento le es favorable a este se debe recolectar y darlo a conocer o descubrir en la audiencia de formulación de acusación o acto procesal pertinente.(Comentario propio del autor de este análisis académico).

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