sábado, 14 de julio de 2012

ACTIVIDAD NUMERO 2 - DERECHO CONSTITUCIONAL - JUAN PAB




ACTIVIDAD NUMERO 2

DERECHO CONSTITUCIONAL





El preámbulo de la Constitución, reza:





“CONSTITUCION POLITICA DE COLOMBIA DE 1991



PREAMBULO



EL PUEBLO DE COLOMBIA



en ejercicio de su poder soberano, representado por sus delegatarios a la Asamblea Nacional Constituyente, invocando la protección de Dios, y con el fin de fortalecer la unidad de la Nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana decreta, sanciona y promulga la siguiente…..”. (negrilla fuera de contexto).



Igualmente el artículo 22 de la Carta, reza:



“Artículo 22. La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”.





Para el desarrollo de la siguiente actividad y como quiera que se ha tomado EL DERECHO A LA PAZ, es menester entrar a socializar respecto del proceso de paz que se viene adelantando por parte de las FARC-EP y el gobierno colombiano bajo la presidencia de Juan Manuel Santos Calderón.



Hasta hace pocos meses la Organización Narcoterrorista FARC-EP a través de su página ANCOL como a través de los medios radiales y de televisión le han hecho saber al país que como gesto de adelantar nuevamente conversaciones con el gobierno para un eventual Proceso de Paz, se han comprometido cesar cualquier actividad delictiva que tenga que ver con la autonomía de las personas, más exactamente de que no volverán a realizar secuestros extorsivos de civiles.



Y que como consecuencia de dicha afirmación y gesto de paz, dispusieron que a finales de marzo del año en curso realizarían la liberación de diez secuestrados entre los cuales se cuentan militares y policías, flagelo del cual algunos de ellos ya llevan en promedio trece años de estar afectados de su libertad, victimas los cuales han sido estigmatizados como prisioneros de guerra.



El periódico el Tiempo del día 3 de marzo así lo hizo saber:[1]


 


“¿No más?


CONFLICTO El anuncio de las Farc de que suspenden el secuestro extorsivo podría cambiar el curso de la guerra y la paz en Colombia. Pero solo si se traduce en la pronta liberación de todos los uniformados y civiles que tienen en sus manos”.



Si bien podemos predicar que nos compele hablar del tema de La Libertad de las personas, de la misma manera para efecto de esta actividad he tomado a La Paz, como un derecho de gran connotación en lo que atañe al proceso de paz que tanta falta le ha hecho al pueblo colombiano. El actual jefe guerrillero de las FARC-EP Timochenko y quien llega a esa comandancia luego de que las Fuerzas Militares dieran de baja a Alfonso Cano, le ha hecho saber al gobierno que preside Juan Manuel Santos Calderón acerca del interés de adelantar conversaciones para un eventual proceso de paz y que como gesto liberarían para el día 30 de marzo a los diez militares y policías secuestrados,  prometiéndole a este gobierno así como al pueblo de que no volverán a llevara a cabo secuestros extorsivos de civiles.



El columnista Antonio Caballero, le dijo a SEMANA[2]:



“Y no hay que olvidar a quienes le sacan provecho a la guerra. A los "enemigos agazapados de la paz" que en su mayoría están -al menos en teoría- del lado del Estado legítimo. Políticos, militares, terratenientes, parapolíticos, paramilitares, narcoterratenientes: el "nuevo ejército antirrestitución de tierras" de que empieza a hablar la prensa. No en balde los ocho años de gobierno de Álvaro Uribe se basaron en la promesa de ganar la guerra, y no en la de lograr la paz. En la de "matar a la culebra", que por ahora no está ni medio muerta”.



Si bien la Constitución Política de Colombia en su preámbulo así como en el artículo 22 pregonan por el Derecho a la Paz, nos veremos avocados con gran incertidumbre a ver si las FARC al fin cumplirán con sus afirmaciones, pues si analizamos los diversos ofrecimientos que este grupo armado ilegal viene haciendo desde hace más o menos treinta años con la toma de la Uribe Meta, pactos que inicialmente lo hizo Manuel Marulanda Vélez alias Tirofijo y luego Alfonso Cano, pero que dichas verdades finalmente fueron mentiras toda vez que el pueblo colombiano ha sido testigo fiel de esa serie de artimañas y engaños por ellos realizados con el único fin de que la fuerza pública no ingrese a sus territorios ilegalmente ocupados a fin de neutralizarlos,  cese que les ha servido para adelantar labores de cultivos ilícitos y de secuestro de civiles y militares, el primero como una actividad que les genera dividendos para su fortalecimiento como grupo armado y el segundo para doblegar al gobierno frente a un problema de tipo político, máxime cuando se reitera han catalogado a los militares y policías como prisioneros de guerra.



Se tiene entonces que la mentira es un arma que se utiliza en la guerra como forma de lograr grandes batallas así como de doblegar al contendiente, pero hoy Colombia está a la espera que frente al proceso de paz que desea adelantar el jefe de las FARC Timoleón Jimenez alias Timochenko con el gobierno no sea más que un show mediático para nuevamente mentirle al país, para hacer que haya un cese al fuego y así no lograr su exterminio por parte de las diversas operaciones que viene adelantando las Fuerzas Armadas, acciones donde hasta el día anterior han generado grandes bajas subversivas por operaciones helicoportadas y en tierra adelantadas y de donde se vislumbra que las FARC se encuentran a un paso de su desaparición como grupo armado ilegal.



Esperemos por lo tanto que este la liberación de los militares y policías secuestrados programada para la primera semana de abril sea verdaderamente un gesto para iniciar el proceso de paz que tanto anhela Colombia, gesto que de convertirse en un nuevo episodio lleno de mentiras, será la génesis del apocalípsis de lo que fue la organización subversiva más terrorista en el mundo, para convertirse en reductos de hombres armados débiles que muy pronto serán abatidos como consecuencia de la intervención legítima del Estado en pro de un Estado Social de Derecho y del cual se nutre la población colombiano para gozar de una paz sobre la base de un principio constitucional.







Juan Pablo Lozano Borrero



[1] PERIODICO EL TIEMPO. http://www.semana.com/nacion/no/173131-3.aspx
Por Antonio Caballero: La mentira es, por supuesto, una de las armas que se usan en la guerra. Pero para que haya paz, hay que pasar por la verdad”.  Sábado 3 Marzo 2012

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