¿Es
posible volver a una suerte de control global durante el principio del Siglo XX
(con la Primera Guerra Mundial) hasta la caída de la URSS?
Con
la desagregación de la URSS para el año de 1991, así como con la caída del
Comunismo que originó el final de su hegemonía en Asía y en parte de Europa, se
pudo vislumbrar un nuevo orden mundial en torno al dominio en su sistema
internacional por parte del Capitalismo liderado por los Estados Unidos de
Norteamérica, nación que gestó a partir de este momento prosiguió en solitario
un desarrollo geopolítico cuyo objetivo estaba encaminado a controlar a todas
las naciones del mundo.
Por
lo tanto, si bien el mundo había permanecido dominado por una lógica
geopolítica sobre la base de los designios de dos grandes potencias, con lo han
sido EEUU y su modelo Capitalista, y por otra lado la extinta URSS obre su
desarrollo Comunista, lo es de la misma manera que dicho dominio de tendencia
bipolar ha sufrido mutaciones que han terminado en irradiarse en un dominio multipolar,
y esto sobre la base de que nuevos actores han entrado a mostrar su intención
de mantener un control del desarrollo geopolítico, tal y como está dándose por
parte de algunos países de Asia.
Todo
ello fundado en el surgimiento de nuevas potencias que concomitantemente a las
dos primeras, han implementado un sistema y una política encaminada a nuevas
ambiciones mundiales en especial respecto del acceso a los recursos energéticos
de hidrocarburos tal y como sucede con China, así como Irán y Corea del Norte
frente al acceso de un estatuto de potencia nuclear.
El
advenimiento se produjo en Asia, siendo el control geopolítico liderado por una
nueva potencia tal y como lo es China, país que implementó alianzas en pro del
desarrollo energético, alianzas estratégicas que realizó con la India, Pakistán
e Irán tendientes a un control sobre la base energético nuclear. Por lo tanto a
ese control geopolítico liderado por EEUU y la hoy Rusia se ha sumado el
llevado a cabo por China, este último quien junto con otras naciones ya
mencionadas mantienen el control en Asia Central.
No
así, podemos decir lo mismo de Europa donde en la actualidad se ha generado un
efecto dominó respecto de la crisis económica de Grecia y su metástasis hacia
otros países de la Unión Europea, entre los cuales se tienen a España y
Bélgica. A parte de esto, en América Latina se muestra un control geopolítico
del cual deviene una contraposición hacia EEUU, y cuyos actores son Venezuela
donde su presidente Hugo Chávez lucha radicalmente contra el imperialismo,
constituyéndose junto con Argentina, Brasil, Uruguay, Chile y Bolivia en un
grupo geopolítico que ejercen un control eficiente de su desarrollo en el
hemisferio occidental.
Frente
a los aspectos introductorios en comento, se tiene que esa campaña de control
del sistema internacional por parte de EEUU no tuvo los resultados que se
esperaban al momento en que el entonces presidente Bush bajo el pretexto de una
lucha mundial contra el terrorismo inició una campaña de dominio mundial geopolítico
en especial del Medio Oriente donde todos sabemos son naciones ricas en
hidrocarburos y cuyas reservas petrolíferas son incalculables a futuro, todo
ello con un ingrediente especial y hegemónico tal y como es la ejecución de
operaciones militares. A contrario sensu, países de Asia Central como China,
India, Pakistán, Irán, Corea del Sur y otras naciones de Suramérica han dado su
aparición en el escenario internacional, y donde de cuyas alianzas se han
convertido hoy por hoy a un objetivo de fortalecer un sistema internacional
multipolar difuso, cuyo propósito ha sido el desarrollo global de sus
comunidades.
En torno al desarrollo temático y frente al interrogante
por desarrollar y propuesto por la docente es eminentemente importante dejar en
claro que “no es posible
bajo ninguna premisa o realidad el volver a esa suerte de control global que se
suscitó a principios del Siglo XX hasta lo que la historia predica como la
Caída de la URSS”, veamos a
continuación los diversos factores que me llevaron a dar con esta afirmación:
Podemos dejar en claro que por espacio de unos cuarenta y
cuatro años el sistema internacional permaneció dominado por una lógica
geopolítica basada en el poder de dos grandes potencias, cada una de ellas con
una esfera de influencia y de control, los Estados Unidos de Norteamérica y lo
que en su momento se llamó Unión Soviética, naciones que incitaban mutuamente a
su poderío en la carrera armamentista y nuclear así como de la amenaza de que
con ello se adelante una destrucción masiva mutua, lo que conllevó a que el
resto de naciones del mundo vivieran constreñidas a los designios de estas dos
superpotencias.
Si otrora se decía que la economía mundial únicamente era
manejada respecto de los modelos económicos que solo estas dos superpotencias,
y en especial EEUU diseñaban e imponían al resto de naciones, hoy por hoy y a
causa de los efectos de la globalización y en especial de las mutaciones
económicas que contrajo su descontrol en lo que atañe al libremercado[1]
hizo que tal y como lo dejé en claro en párrafos anteriores, surjan nuevas
potencias que se identificaron igualmente por mantener unas economías sólidas y
que por lo tanto no se regían por las imposiciones capitalistas de los EEUU
sino que por el contrario su crecimiento a ritmo notable permitieron mostrar
frente a las dos superpotencias un poderío económico y militar de países de
Asia Central como China, Corea del Norte, Pakistán, India, Irán, naciones de
las cuales desarrollaban sus alcances nucleares y de macromecados en forma paralela
y concomitante frente a EEUU y la antigua URSS, hoy conocida como Rusia.
Cambios que generaron un descontrol en los sistemas jurídicos de tendencia
internacional y que ante la aparición de nuevos líderes o potencias mundiales
generaron con ello una inseguridad jurídica impuesta por la ONU en torno a que
si bien antes los designios jurídicos eran de tendencia bipolar, luego fueron
multipolar y con beneficios para cada país en procura de ellos mismos y no de
un orden mundial unificado.
Grandes estudiosos y tratadistas de temas acerca de
Desarrollos Geopolíticos en el Sistema Internacional, mencionaban[2]:
“Los últimos 16 años han sido un periodo de ha presenciado varios cambios
geopolíticos a escala mundial que se contrastan con la relación inercia del sistema
entre 1945 y 1989. La desaparición del sistema socialista en Europa Central y
Oriental en 1989 y la posterior desagregación de la URSS en 1991 dieron ligar
inicialmente a la percepción pasajera de un “nuevo orden internacional” basado
en el respeto al derecho y las instituciones intergubernamentales y a una
hegemonía “suave” y aceptada de los Estados Unidos de Norteamérica. Esta
situación cambió con la llegada de George W. Bush a la presidencia de este
Estado y con los atentados terroristas del 11 de septiembre del año 2011, que
sirvieron de pretexto para poner en práctica una política de hegemonía “fuerte”
y de control de las fuentes de recursos energéticos en el Medio Oriente y en
Asia Central. Hegemonía que se ha visto erosionada por el fracaso en el control
político, económico y militar en Irak y en Afganistán y que ha permitido varios
desarrollos geopolíticos regionales que, como en el caso de la afirmación
creciente de China, pueden llegar a ser mundiales”. (CHAVES, 2005)
Por otra parte y como una segunda medida puedo argumentar
que tal y como lo dejé en claro anteriormente, en la actualidad ya no podemos
seguir hablando de dos superpotencias internacionales, con la caída de la URSS
en 1991 el mundo quedó a merced en forma económica y militar de los EEUU toda
vez que su poderío en estos dos campos le permitía mantener una hegemonía
mundial que lo mantenía en la élite mundial y que el resto de naciones del
mundo se subsumían a ese poderío, el mismo que al ser desconocido conllevaría
consecuencias funestas en su situación económica, militar y política. No
obstante después de los hechos ocurridos en la Primera y Segunda Guerra Mundial
(1914 y 1945) y con el fin de ponerle freno a sucesos catastróficos
internacionales y a que los hechos no se vuelvan a suceder tal y como en su
momento se le ordenó a la creada Sociedad de Naciones y luego a la Organización
de las Naciones Unidas –ONU- los Estados Partes comenzaron a suscribir una
serie de Tratados entre los cuales se determinaba acerca del Principio de No Intervención
gestado por EEUU donde ningún otro país se podía involucrar en los asuntos
internos del otro, situación que a la luz del Sigo XXI no es del todo cierto
pues si bien el imperio yanqui promulgó por dicho principio lo es igualmente
que éste si interviene en los problemas internos de los países donde tiene
participación política y económica, tal y como viene sucediendo con varios
países de Centro América y Sur América, excepto Venezuela, Cuba, Nicaragua,
entre otros, tal y como se puede apreciar en el siguiente comentario dado por
el doctor BENJAMIN HERRERA CHAVES:
“Por último sería inconcebible la postura de confrontación asumida por Hugo
Chávez en Venezuela sin los contratiempos de los Estados Unidos en Asia. El
desafío de Venezuela a los Estados Unidos se conjuga con los procesos que han
conducido a la llegada de gobiernos de izquierda moderada en Argentina, Brasil,
Uruguay y Chile, así como a las perspectivas de movimientos que se sitúan en
contravía a los designios de los norteamericanos en el Hemisferio Occidental,
en particular Evo Morales en Bolivia”.[3]
Consecuente con lo previamente citado se tiene que en los
últimos 16 años se suscitaron dos grandes cambios en la geopolítica mundial y
de la misma manera ya hizo su aparición un tercer cambio. El primero yal y como
lo he manifestado con el fin de la bipolaridad de EEUU y la URSS u hoy conocida
como la Rusia, pues es bien sabido que frente a los ejes económico y militar
aparecieron naciones del sistema comunista en Europa Central y Oriental, pues
es menester dejar en claro que con el fin de la Guerra Fría[4]
que trajo episodios como la caída del Muro de Berlín así como la reunificación
de las dos Alemanias en 1990, y como marcado cambio la desintegración de la
URSS en 1991, el mundo presenció la única hegemonía de Estados Unidos de
Norteamérica en la política mundial. Como segunda medida se puede definir la
llegada de George W. Bush a la presidencia de los EEUU abanderando una política
exterior en pro del dominio y control político, económico y militar de la
esfera mundial en contra de las alianzas pactadas. La tercera es la que en
momento se temía por parte de EEUU y era que al haber fracasado esa política
exterior y cuyos alcances se situaron en Irak y Afganistán, permitió un proceso
de afirmación creciente de potencias regionales, una de las cuales, China, tuvo
ambiciones mundiales y donde el acceso a los recursos energéticos de
hidrocarburos jugó un papel importante, y otra como en los casos de Irán y
Corea del Norte, han buscado y por consiguiente en la actualidad han obtenido
el acceso al estatuto de potencia nuclear, que otrora solo era adjudicado o se
lo adjudicaba EEUU.
Argumentar de que podría ser posible volver a una suerte
de control global ejercido y presenciado durante el principio del Siglo XX
hasta la caída de la URSS sería ir en contravía de una realidad mundial que
emergió tras el liderazgo unilateral de EEUU, pues es sabio manifestar que con
la desagregación de la URSS-que dio paso a quince estados- solo le quedó a los
Estados Unidos de Norteamérica el liderazgo mundial en sus esferas políticas,
militar y económica, pero habrá que advertir que detrás de esta hegemonía
conllevó a la aparición de esas nuevas potencias, ya que si retomamos épocas
pasadas y ante la percepción de estar perdiendo la Guerra Fría, venía a sumarse
a la sensación de que aún en el campo occidental el predominio de EEUU se había
visto superado y que desee los años 70 tendría que obligatoriamente compartir
la escena internacional con dos grandes competidores, producto, en parte de sus
propias políticas anticomunistas: la Comunidad Económica Europea –hoy conocida
como Unión Europea) y Japón[5].
Por lo tanto se tiene que nadie proveía la desaparición de la Unión
Soviética, la cual era vista ya no como enemiga sino como aliada de EEUU, así
como de los países de Europa Occidental tal y como lo era el Reino Unido, había
dejado de ser una amenaza y se vislumbraba como socia en pro de obtener
soluciones a sus problemas que se les avecinaba, pues era bien sabido que el
único líder e interlocutor era la potencia americana quien podría evitar el
caos así como el fenómenos de los peligros nucleares asociados, tal y como fue
la catástrofe nuclear de Chernobyl y el advenimiento de nuevas naciones que
bajo el pretexto de la generación de la energía nuclear se estaban armando con
armas de destrucción nuclear tal y como sucedió con varios países de Asia
Central entre los cuales se tiene a India, Pakistán, Corea del Norte, Irán,
entre otros, quienes con su carrera armamentista de tornaban como nuevas
potencias militares.
Frente a la crisis económica vivida por varias potencias mundiales,
podríamos decir que en su momento la hegemonía norteamericana se daba por
consenso más no por imposición; las Sociedades y los Estados del sistema
internacional asumían que la propuesta social, económica y el régimen político
de los cuales era portador EEUU eran válidos; solo hacía falta consolidar es
visión desarrollando una globalización económica que terminaría por implantar
un sistema armónico liderado por los yanquis.
Los ataques terroristas del 11 de septiembre así como la invasión a
Afganistán y el derrocamiento del régimen Talibán en pro de la lucha mundial
contra el terrorismo, fueron o sirvieron de pretexto a la presidencia de Bush
para adelantar sus objetivos geopolíticos de dominación mundial; la pregunta
obvia es si era realmente el terrorismo islámico internacional el objetivo
central de la invasión a Afganistán o por el contrario habían otros designios
que se hallaban cubiertos por los atentados del 11-9, incógnita que se
superpone en la actualidad y que todos sabemos de que se trataba solamente del
apoderamiento por parte de EEUU a las fuentes de hidrocarburos y gas actuales y
futuros de Asía Central y sus alrededores basados en la utilización de
plataforma militar las zonas de Irak y Afganistán, eso si era la verdadera
visión oscura del imperio Yanki[6].
En ese orden de ideas y como quiera que en el nuevo orden mundial han
aparecido nuevas potencias como las de Europa y en especial de Asia Central, y
como quiera que aparición de una globalización descontrolada de libre mercado
han permitido dar cuentas que no es posible volver a una suerte de control
global durante el principio del Siglo XX y lo sucedido hasta la posterior caída
de la URSS.
Por lo tanto y luego de este breve análisis me ocupo de presentar las
siguientes conclusiones:
- Sabían que, incluso después de la desaparición
de la URSS, Estados Unidos ya no estaba solo en el mundo, pero también
sabían que la partida en la que se decidía la suerte del planeta se jugaba
con unas cartas que ellos mismos habían repartido y de acuerdo con unas
reglas que les favorecían, y que era impensable la irrupción de un
contrincante con una fuerza y con unos intereses globales comparables. La
primera guerra del Golfo, que contó con el respaldo de Naciones Unidas y
de la comunidad internacional, y la reacción inmediata a los atentados del
11 de septiembre pusieron de manifiesto la fortaleza de la postura norteamericana
tras la caída de la Unión Soviética.
- Con el advenimiento de potencias como
las de Europa y en especial de Asia Central ( China, Irán, Corea del
Norte, Pakistán, India, entre otros), y como quiera que aparición de una
globalización descontrolada de libre mercado han permitido dar cuentas que
no es posible volver a una suerte de control global durante el principio
del Siglo XX y lo sucedido hasta la posterior caída de la URSS.
- Frente a la aparición de nuevas
potencias que controlan y desarrollan modelos económicos sostenibles, se
tienen a naciones de suramérica como son Venezuela, Argentina, Brasil,
Uruguay y Chile, gobiernos de izquierda que han entrado en contravía a los
postulados económicos y políticos impuestos por EEUU, situación que no
sucede con Colombia principal aliado en nuestro continente.
- Si las tendencias se afirman, tendremos
que en un lapso de tiempo más corto aún que el de la Guerra Fría, que en
términos históricos tuvo poca duración, la hegemonía absoluta
norteamericana ha sido aun más corta y vemos perfilarse un sistema internacional
multipolar, con un actor regional con influencia mundial como es la China,
y una serie de potencias regionales que buscan crear sus propios balances
de poder como son la India y Brasil, y otros como Indonesia, Turquía y
Africa del Sur, quienes ya muestran su desarrollo económico de tendencia
avanzada.
- La principal tarea de la política
internacional, y también la más urgente, es brindar a Estados Unidos la
oportunidad de abandonar su postura megalómana para regresar a una
política exterior racional. Porque, nos guste o no, Estados Unidos seguirá
siendo una superpotencia, una potencia imperial, incluso en una etapa de
declive económico relativo evidente.
BIBLIOGRAFIA
"The War Zone AD".
(s.f.). Obtenido de http://www.bibliotheca.org.uk/.
«War,Peace and Hegemony at
the Beginning of the 21st Century», Delhi, 17 de diciembre de
2004; traducción castellana de Ferran Esteve.
CHAVES, B. H. (2005). DESARROLLOS GEOPOLITICOS EN EL SISTEMA
INTERNACIONAL. PAPEL POLITICO, 397-416.
ESTEVE, F. (2004). «War,Peace and
Hegemony at the Beginning of the 21st Century», Delhi, 17 de diciembre de.
JUDIS, J. (s.f.). "War on
Global Terrorism Was Destined to Fail": Carnegie Endowment For
International Peace:
http://carnegieendowment.org/publications/index.cfm?fa=view&id=1744&prog=zgp&proj=zme,zusr.
KENNEDY, P. (1989). "Auge y Caída de las Grandes
Potencias". España: Plaza y Janes Editores.
[1] «War,Peace
and Hegemony at the Beginning of the 21st Century», Delhi, 17 de diciembre de 2004;
traducción castellana de Ferrán Esteve.
[2] El Doctor
BENJAMIN HERRERA CHAVES es Director de la Maestría en Relaciones
Internacionales y de la Especialización en Integración en el Sistema
Internacional de la Facultad de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales
de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá.
[3] Afirmó el autor: “Para concluir, si
estas tendencias se afirman, tendremos que en un lapso de tiempo mas corto aún
que el de la Guerra Fría, que en términos históricos tuvo poca duración, la
hegemonía absoluta norteamericana ha sido aún más corta y vemos perfilarse un
sistema internacional multipolar, con un actor regional con influencia mundial,
la China y una serie de potencias regionales que buscarán crear sus propios
balances de poder, la India y Brasil, serían las expresiones más claras, pero
podrían aparecer otros, como Indonesia, Turquía, Africa del Sur”.
[4] Llamada así porque no se
dio un enfrentamiento armado directo entre las dos grandes potencias. Periodo
sin embargo, que presenta un gran número de guerras “subsidiarias” en Africa,
Asia y levantamientos armados en América Latina: China (1945-1949), Vietnam
(1945-1975), Corea (1950-1953), Cuba (1956-1959), Congo (1964), Afganistán
(1979-89-92), etc. ("The War Zone AD")
[5] Posiblemente
la obra que académicamente mejor recoge ese sentimiento de estas siendo
superados por otros actores sea la de Paul Kennedy: “Auge y Caída de las
Grandes Potencias”, El objetivo de Kennedy era lanzar un llamado
de alerta a sus compatriotas y mostrar a la luz de la historia cuáles eran las causas
que habían conducido a los grandes imperios, desde la antigüedad, a ser
superados.
[6] www.carnegieendowment.org
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